El gato es un animal que no pierde su instinto cazador aunque viva en el interior de una vivienda. Por ello, aunque reciba la cantidad adecuada de alimento adaptado a sus necesidades, conserva una dentadura capaz de proporcionarle el sustento, llegado el caso.
La dentadura decidua del gato está formada por 26 piezas, pero la definitiva está conformada por 30, que a su vez tienen diferentes características. Así, un gato adulto tiene seis incisivos arriba y otros seis abajo, dos colmillos arriba y otros dos abajo, seis premolares arriba y cuatro premolares abajo, así como dos premolares arriba y otros dos abajo.
Los incisivos son muy pequeños, están comprimidos unos contra otros y le sirven para coger pequeñas cantidades de alimento o para su atusado. Los colmillos son proporcionalmente grandes, están separados de las demás piezas dentales, su forma es cónica y fundamentalmente sirven para clavarlos sobre la presa. Por su parte, los premolares y molares tienen formas irregulares pero resultan muy cortantes, por lo que sirven para desgarrar el alimento.
Todas estas piezas están unidas firmemente a las mandíbulas mediante unos anclajes llamados raíces, pero también existe una cubierta protectora, las encías.
En su conjunto, esta estructura debe durar toda la vida del animal en las mejores condiciones posibles, pero tiene un enemigo natural muy difícil de combatir, el sarro, que cuando se acumula en exceso produce la placa dental y con ella la enfermedad periodontal, que se caracteriza por producir halitosis (mal olor del aliento) y que pone en serio peligro la estabilidad del diente y la salud del gato.
Un método para mantener una buena higiene bucal es acostumbrar al gato a que le cepillemos los dientes. No obstante, para que un gato se deje cepillar los dientes, como mínimo una vez a la semana, es imprescindible que lo acostumbremos desde muy pequeño y aun así, no será una tarea demasiado cómoda para el dueño. Por ello, lo normal es que, llegado el caso, sea el veterinario quien debe hacer una limpieza en profundidad. Como cada paciente es un mundo, lo mejor es que se valore en su revisión periódica.
Finalmente, existen juguetes que ayudan a la higiene bucal del gato, pero por supuesto sólo sirven aquellos cuya textura y tamaño estén ideados para este cometido, de lo contrario sólo servirían para el entretenimiento felino.
Por supuesto, si se produce un accidente en el que el gato pierda alguna pieza dental, hay que llevarlo inmediatamente al veterinario y no dejarlo que cure por sí mismo, ya que puede tener consecuencias muy graves
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Alucinantemente interesante este artículo tocante a la salud dental .
Ojalá encontrar más cosas así.