¿Qué es el virus de la leucemia felina?
El virus de la leucemia felina (FeLV) es un retrovirus que puede provocar supresión del sistema inmunitario, anemia y/o linfoma pudiendo afectar a gatos de todo el mundo, si bien la prevalencia de la enfermedad ha disminuido mucho en los últimos años gracias a la fiabilidad de las pruebas diagnósticas y a la prevención con la vacuna.
¿Cómo se produce la infección en gatos?
La enfermedad se transmite por la eliminación del virus mediante la saliva, heces, secreciones nasales o leche, de los gatos infectados o bien por contacto directo entre gatos, por el aseo mutuo o mordeduras.
Cuando los gatos toman contacto con el virus, un 30% sufrirán una viremia persistente, un 35% sufrirán una viremia transitoria, un 20-30% presentarán seroconversión y un 5% presentarán antigenia en ausencia de viremia.
Las gatas virémicas en gestación suelen padecer abortos, muerte embrionaria o gatitos virémicos que morirán.
Son más sensibles a la infección vírica los gatitos jóvenes, porque con la edad el gato se hace más resistente.
¿Qué signos clínicos podemos encontrar en los gatos enfermos?
Los signos más frecuentes son aquellos debidos a la viremia persistente como son la anemia no regenerativa, inmunosupresión y linfoma. Los signos menos frecuentes son la enfermedad inmunomediada como la anemia hemolítica, la enteritis crónica, los trastornos reproductivos como los abortos o muertes neonatales.
La mayoría de gatos con viremia persistente mueren antes de 2 o 3 años.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad?
El diagnóstica se hace por análisis de sangre. Hay que tener en cuenta que algunos gatos positivos pueden superar la viremia por lo que hay que testar de nuevo.
Si un gato es positivo y no presenta signos de enfermedad debe testarse nuevamente.
¿Cómo se trata la enfermedad?
Cuando el animal presenta síntomas sistémicos de enfermedad se debe administrar un tratamiento sintomático en el que se incluye la fluidoterapia, la antibioterapia sistémica y un buen aporte nutricional.
El interferón omega felino puede reducir los signos clínicos y prolongar el tiempo de supervivencia.
Como recomendaciones generales en cuanto al manejo de la enfermedad, recordar que los gatos infectados con el FeLV no deben salir al exterior y se deben someter a revisiones periódicas cada 6 meses. El virus se elimina del medio con el uso de desinfectantes y calor porque no sobrevive mucho tiempo fuera del hospedador, si bien puede sobrevivir en las heces o en ambientes húmedos.
¿Cuáles son las recomendaciones de vacunación?
Todos los gatos en los que la presencia del FeLV sea incierta deben someterse a una prueba de detección antes de vacunarlos. Se deben vacunar todos los gatos sanos con un riesgo potencial de exposición como son gatos con acceso al exterior o que vivan en zonas endémicas.
El inicio de vacunación en gatos es a las 8-9 semanas devida, con una segunda vacuna a las 12 semanas y vacunaciones de refuerzo cada año.
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